El embarazo es una condición fisiológica en la que normalmente hay aumento de peso de la madre. Sin embargo, cuando la ganancia de peso durante el embarazo es excesiva puede aumentar el riesgo de enfermedades como la hipertensión inducida por el embarazo y la diabetes gestacional, que más bien ponen en peligro la salud del bebé y de la madre.
La mujer embarazada debe seguir un plan de alimentación que sea nutricionalmente completo y balanceado, que le permita recibir todos los nutrientes necesarios para el crecimiento y desarrollo del bebé. Al mismo tiempo, la dieta debe cubrir los requerimientos nutricionales de la madre para evitar tanto las deficiencias como los excesos. Ambas condiciones pueden ser perjudiciales durante el embarazo.
Al término del embarazo vendrá una etapa maravillosa en la vida de la mujer. La lactancia es un estado fisiológico que permite aportar al lactante todos los nutrientes que se requiere para su crecimiento y desarrollo durante los primeros meses de vida. En esta etapa la madre debe recibir todos los nutrientes requeridos para producir la leche materna y a la vez para cubrir sus necesidades nutricionales y evitar deficiencias.
En la etapa de lactancia, la madre tiene un gasto energético aumentado que favorece la reducción de los niveles de grasa corporal, es decir, favorece la reducción de peso. Esto por supuesto que ayuda a la madre a bajar el peso que aumentó durante el embarazo.